sábado, 9 de abril de 2016

¿Qué ideas pueden ayudarnos a pensar mejor?


   ¿Qué ideas pueden ayudarnos a pensar mejor? Esa es la consigna de este informe, basado en las reflexiones de los científicos y pensadores más importantes que  se reúnen en el sitio Edge.org y que en esta oportunidad aportan sus pensamientos para responder esa pregunta.

   Los participantes de este sitio han contestado a esa pregunta de acuerdo a su formación. Se puede encarar la respuesta desde un punto de vista humanístico, sociológico, tecnológico, etc.

  Desde un punto de vista humanístico  los pensadores  consideran que  el conocimiento del ser humano, del funcionamiento del cerebro y de las neurociencias, pueden ayudar a conseguir herramientas cognitivas para ayudar a pensar mejor. De esas herramientas pueden aparecer ideas para que en las escuelas presente este proceso .En esta línea está Samuel Barondes, director del Centro de Neurobiología y Psiquiatría de la Universidad de California, que piensa que hay que tener en cuenta la visión dual de cada una de las personas, es decir, saber que tenemos características que compartimos con las otras personas y saber, por otro lado, que somos únicos. Este conocimiento puede enriquecer nuestra experiencia diaria ya que es una herramienta cognitiva importante.
 Don Tapscott, escritor y empresario canadiense, piensa que, de acuerdo a los descubrimientos en neurociencias, el cerebro es maleable y que puede cambiar según se lo utiliza. Quiere decir que se pueden mejorar nuestras funciones cognitivas a través de algunos cambios de nuestra vida cotidiana. Por eso propone enseñar en las escuelas a diseñar el pensamiento. Se trata de diseñar cómo pensamos, recordamos  o comunicamos en la era digital.

   Otro científico que está dentro de esta línea es Nicholas Carr autor del libro The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains, afirma que nuestro cerebro es como un almacén donde guardamos el contenido de nuestra conciencia, donde fluyen nuestras impresiones y pensamientos a lo largo del día. Cuando nuestra carga cognitiva  (cantidad de información que ingresa a nuestra conciencia) excede la capacidad de nuestra memoria, colapsa y la información se desvanece antes de tener la oportunidad de ser procesada. Cuanto más al tanto estemos de lo frágil que es nuestra memoria, seremos capaces de administrar mejor el flujo de información que llega a nosotros. Una memoria sobrecargada puede aumentar las distracciones .Si se le da mucha información  en forma rápida a un estudiante no aprende nada. Es importante saber dosificar la información que se recibe para poder procesarla y memorizarla.

   Hay otros pensadores que, consideran que teniendo en cuenta los comportamientos del hombre en la sociedad, se puede mejorar el pensamiento. Para eso es necesario conocer esos comportamientos para saber con lo que uno cuenta y poder modificar la forma de actuar si es necesario.  Según Clifford Pickover, escritor científico y autor de The Math Book: From Pythagoras to the 57th Dimension, sostiene que es importante tener en cuenta el concepto de la simultaneidad de los descubrimientos o descubrimientos caleidoscópicos, como herramienta cognitiva, porque muestra el futuro de las ideas y dice que sería importante poder enseñar ese concepto  en las escuelas. Se basa esta idea en que es común, que muchas veces se han hechos descubrimientos en forma simultánea e independiente porque  los conocimientos acumulados a lo largo del tiempo llevan a eso. Muchos  inventos llevan el nombre de quien lo desarrolló y no el que lo penso originalmente. Matt Ridley  zoólogo y  escritor científico británico, autor de Genoma, en cierta forma respalda la idea  de Pickover ya que  dice que  la clave del éxito humano no es para nada la inteligencia individual, sino, que está basado en la inteligencia colectiva. Cada persona es un nodo en la red neuronal humana según  Kevin Kelly, cofundador de la revista Wired. Es autor del libro What Technology Wants (Lo que la tecnología quiere). Y dice que en la actualidad, el error no es considerado como una virtud, sino como un signo de debilidad. Él piensa que esto no es así. La prueba es que los científicos tienen paciencia para lidiar con los errores. Ellos lo saben: fracasar es un camino más al éxito. Se debe aspirar a triunfar aprendiendo de nuestros errores. Su idea se relaciona con la de Roger Schank  psicólogo y especialista en inteligencia artificial. Y dice que hay conceptos científicos que han sido arruinados o desdibujados por el sistema educativo. Por ejemplo, la idea de experimentación. Y eso es un problema: todos experimentamos todo el tiempo. Cada aspecto de la vida es un experimento. Y  agrega que, si en las escuelas se enseñaran conceptos cognitivos básicos como la experimentación en el contexto de las experiencias cotidianas, las personas serían más eficaces a la hora de decidir sobre la educación de sus hijos, en sus relaciones personales, en los negocios, y en los demás aspectos de su vida de todos los días. Es decir, es necesario experimentar para aprender, sin importar equivocarse lo importante es aprender de los errores o fracasos.

  Otros pensadores consideran la importancia que se le da a la tecnología y las herramientas tecnológicas y cómo el uso que se les da puede influir para mejorar el pensamiento. Douglas Rushkoff, que es un teórico de la Universidad de Princeton, dice que nuestra incapacidad generalizada para reconocer el sesgo de las tecnologías que utilizamos nos hace incapaces de desarrollar cualquier tipo de control sobre ellas. Pero agrega que si esta noción no se generaliza, nuestras tecnologías y sus efectos continuarán amenazándonos y confundiéndonos. Al darnos cuenta, se puede empezar a usarlas con total responsabilidad.

  Según Federico Kukso, el ser humano es la especie dominante pero no gracias a su inteligencia sino a las herramientas que posee. Como esas herramientas las diseña y las fabrica  el hombre pensamos que las manipulamos a nuestro gusto. Pero no, vivimos engañados, porque todas esas herramientas crean hábitos, reorganizan espacios y el tiempo de cada uno. Es decir, es el hombre el que depende de ellas. Cada persona tiene una caja de herramientas mentales o cognitivas: un conjunto de conceptos con los que nos manejamos en el mundo, que hay que ver comó se usan.   


  De acuerdo a lo leído, se puede concluir. Que para poder pensar mejor son necesarios varios factores a tener en cuenta: conocer nuestras características como personas, el funcionamiento de nuestro cerebro y sus mecanismos. Saber el lugar que ocupamos dentro de la sociedad y cuál es nuestra responsabilidad, el uso adecuado de la tecnología para no ser dominados por ella. Los cambios en las escuelas para poder aprender mejor a experimentar aprendiendo de nuestros errores, a pensar utilizando en forma adecuada y responsablemente todas las herramientas cognitivas y materiales que disponemos.