En nuestro país, los
principales cambios económicos estuvieron relacionados con las políticas neoliberales de
privatización, reforma del Estado, apertura externa, integración regional, que
caracterizaron la inserción de la Argentina en la dinámica de la globalización.
Estas políticas,
iniciadas entre 1975 y 1976, fuertemente impulsadas desde 1989 y profundizadas
en 1991 con el denominado Plan de
convertibilidad, han conformado una etapa en la historia del país
marcada por un régimen económico cuyo eje ha estado en el sector financiero, el
endeudamiento y la transferencia de recursos al exterior.
Durante las presidencias
de Carlos Saúl Menem (1989-1999), se realizó un drástico proceso de reformas de mercado, que
transformó "de raíz" la estructura económica y social del país.
Estas reformas estructurales de orientación neoliberal contrastaban con las
tradicionales políticas económicas asociadas al peronismo, que se había
caracterizado por la presencia de un Estado fuertemente intervencionista.
El "menemismo"
no dudó en privatizar gran parte
de las empresas estatales, flexibilizar la economía, liberalizar
el mercado interno, desplegar una apertura financiera al capital transnacional
y desarrollar una política de reducción
del gasto del Estado, principalmente en lo que respecta a la política
social.
Las medidas aplicadas
al sector social impactaron en las obras sociales, el sistema de previsión
social y el régimen de trabajo con las reformas de
flexibilización laboral, entre las más significativas.
Las privatizaciones le permitieron al Estado trasladar el
control y el poder de los sectores de energía, comunicaciones y transportes a
un nuevo grupo económico dominante. La compra de las empresas públicas se
realizó a precio de remate y los beneficios obtenidos fueron enormes.
Para los acreedores externos, las empresas públicas eran la
mejor opción para hacer efectiva una parte del capital adeudado, a través de la
capitalización de la deuda, para obtener nuevas áreas de inversión que, hasta
ese momento, estaban en poder del Estado y para multiplicar sus ganancias.
La
década de 1990 dieron origen a dos procesos interrelacionados: la modernización-integración selectiva
de ciertos actores sociales, actividades, áreas y redes, y el deterioro-marginación-exclusión de
otros:
· La
modernización-integración: las inversiones en minería y combustibles, la
producción agropecuaria exportadora, las empresas industriales transnacionales
y de servicios, el comercio e infraestructura del sector inmobiliario y el
turismo destinado a los sectores de ingresos más elevados fueron algunos de los
ejemplos de los denominados territorios selectivos, cuyos capitales
eran de origen extranjero. Estos generaron segmentos del territorio que se
modernizaron según los patrones económico-territoriales del momento. Un claro
ejemplo lo constituyeron los ramales privatizados del ferrocarril de carga en
la región pampeana que permitió la articulación de las zonas
"sojeras" con los puertos de aguas profundas para la rápida salida de
la producción al exterior.
· El
deterioro-marginación-exclusión: los segmentos territoriales en los que se
evidenciaron estas características fueron "la otra cara" de los
impactos de las políticas de la década de 1990. Por ejemplo, algunas áreas en
las que se asentaban empresas estatales u orientadas al mercado interno que se
vieron fuertemente perjudicadas por el cierre de los ramales ferroviarios, la
fragmentación del servicio mediante concesiones y el establecimiento del
sistema de peajes en las principales rutas.
En esa época se creó una grieta que hasta el día de hoy es
significativa. En esos años se pusieron de moda los barrios privados y al mismo
tiempo que estos barrios crecían, también creían las villas miseria.
Actualmente se puede ver que al lado de una villa hay un barrio privado, y esto
hace ver que hay una gran desigualdad.
No es lo mismo la vida de un adolescente en un barrio
privado que en una villa miseria. Ya que la vida de un adolescente en un barrio
privado es más segura porque no tiene que lidiar con la inseguridad y otros
factores que tienen otros sectores. Además estas personas viven en casas
grandes con jardines y en el mismo barrio privado hacen actividades como
gimnasio, tenis, natación, etc. Por otro lado está el adolescente que vive en
una villa miseria este es discriminado por vivir en donde vive. Estos
adolescentes crecen en un ámbito más humilde y están muy expuestos a la
delincuencia, drogas, robos, etc. Además estos adolescentes viven en un lugar
muy chico con varias personas y en pésimas condiciones. Estos chicos son de
jugar con un par de amigos en la calle y si pueden van a algún club barrial
para hacer alguna actividad más específica. En la parte de educación los adolescentes
que viven en la villa miseria van a escuelas públicas que no tienen mucho nivel
educativo mientras que los adolescentes que viven en barrios cerrados van a
escuelas privadas teniendo un nivel de educación muy buenos.