martes, 23 de julio de 2013

El Transportador

       Un día el jardinero Tomás salió a la mañana muy temprano para ir a trabajar a la casa de un nuevo cliente. Tomás era un joven muy alto, fuerte de ojos claros y pelo castaño, con la piel tostada por el sol. Siempre se lo veía contento y alegre. El llegó rápidamente a la casa del cliente, tocó la puerta y lo recibió una persona de mucha edad que era el dueño de casa. Conversaron un largo rato y luego el señor  Roberto lo acompañó a Tomás hasta el extenso jardín que ocupaba gran parte de la manzana, donde había un perro ladrándole para saludarlo, que era la compañía del dueño.
      Ese era un soleado y cálido día de primavera. Tomás se dio cuenta de que iba a tener mucho trabajo porque el jardín parecía abandonado. El pasto estaba muy alto y de color amarillo, las plantas con flores ni se veían y los arboles habían crecido mucho en forma desordenada.
     
      Después de trabajar muy duro se tomó un largo descanso debajo de un árbol que estaba en un rincón del gran jardín y se apoyó sobre una piedra que por accidente se corrió y rodó varios metros por un agujero. Cuando se levantó, vio que estaba atrapado dentro de un pozo. Pidió ayuda muchas veces pero no hubo respuesta. Todo a su alrededor estaba muy oscuro y frío. Se acordó de que tenía en su bolsillo una linterna en su llavero, la sacó y vio que había unas raíces que podía usar para poder llegar a la superficie.
     
      Cuando llegó arriba, fue grande su sorpresa cuando vio todo distinto. Había autos voladores, robots, el jardín donde estaba trabajando estaba cuidado y con muchas plantas extrañas. Entonces, él entró a la casa de Roberto que tenía muchos cambios y, de repente, vio a un robot lavando los platos, se asustó y salió corriendo de allí.
     
Tomás corrió hasta que llegó a su casa, entró y vio que todo había cambiado pero él buscó en su habitación y encontró una foto de él con su familia, que estaba muy amarilla. En ese momento un hombre muy parecido a su hermano menor entró y los dos se asustaron. Tomás porque no podía creer que su hermano había crecido tan rápido, y el hombre porque aquel joven que estaba frente a él era igual a su hermano cuando era menor. Tomás volvió a correr y el hombre lo persiguió, cuando lo alcanzó le preguntó si él era Tomás y él le respondió que sí, entonces el hombre  le dijo que estaba igual  de joven como en la foto que estaba en el dormitorio y que él era Lucas su hermano menor que tenía meses cuando él había desaparecido. Tomás le dijo que no entendía que estaba pasando, y así charlaron  todo el día recuperando el tiempo perdido. Hasta que cayó la noche y Lucas lo invitó a que se quedara. Tomas aceptó.
    
      Él soñó que el pozo en el que se había caído era un transportador hacia el futuro, y en el sueño pensó que si se metía otra vez en el pozo iba a irse a su tiempo original y volver a su vida de siempre.

     
      Al día siguiente se fue de su casa a la casa del señor Roberto. Fue al jardín y se tiró en el mismo pozo donde él había descansado después de trabajar .Se levantó, prendió su linterna, vio las raíces, subió,  y ahí estaban sus cosas en el jardín. No había autos voladores ni robots. Tomás se dio cuenta de que solo habían pasado dos horas de este lado del transportador no todo un día como en el otro lado .Cuando terminó su trabajo fue a buscar a su cliente que  estaba en la casa limpiando los platos. Este le pagó a Tomas y él se fue de ahí contento porque estaba de nuevo en el lugar y tiempo a los que pertenecía.

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